Por: Mons. Hugo Alberto Torres Marín – Arzobispo de Santa Fe de Antioquia
En su último mensaje para la Jornada Misionera Mundial 2025, el Papa Francisco recuerda que “cada cristiano y la Iglesia, comunidad de bautizados”, tiene la vocación de ser mensajeros y animadores de la esperanza en medio del mundo actual, en el cual siguen latentes tantas tendencias que desfavorecen el desarrollo de la fraternidad universal (FT9).
Esta misión de ser misioneros y animadores de la esperanza supone tener presente algunos aspectos relevantes de la identidad misionera cristiana:
- Jesucristo, divino misionero de la Esperanza, es el modelo supremo de todos los que llevan adelante la misión recibida de Dios en medio de las pruebas.
- La Iglesia que camina con el Señor por los caminos del mundo y en ella sus miembros, comunidad de discípulos misioneros, prolongan la misión de Jesús, acogiendo el clamor de la humanidad y los gemidos de toda creatura.
- Los bautizados y muy especialmente los sacerdotes, son signo, mensajeros de esperanza y hacen resplandecer la propia esperanza en cada lugar y circunstancia.
- La Buena Noticia que entrega el mensajero de la esperanza tiene en cuenta las condiciones de vida concretas de las personas en un mundo con graves crisis.
- El misionero y animador de la esperanza vive el estilo de Dios caracterizado por la cercanía, la compasión, la ternura y el cuidado de las relaciones.
- La oración y la meditación permanente de la Palabra de Dios mantienen encendida la llama inspiradora de la esperanza.
- La evangelización es un proceso comunitario que desemboca en la construcción de comunidades que acompañan a los bautizados, promoviendo en ellos la responsabilidad misionera que sostiene a las iglesias.
En nombre de la iglesia arquidiocesana de Santa Fe hago el más sincero reconocimiento a los misioneros de esperanza que desde esta Iglesia particular, han sido enviados a los pueblos en servicio Ad Gentes.
Cada uno de ellos, comenzando por Agudelo Velásquez Henry Alonso, siguiendo con Neid Arcid Marín Bedoya y terminando con José Luis Velásquez (directorio sacerdotal ad extra en Vida Pastoral 2025, Pag 53-54), con el carisma y don recibidos viven a plenitud su identidad misionera cristiana y sacerdotal en pueblos tan disimiles como Australia, Canadá, Cuba, Cundinamarca, España, Estados Unidos, Italia, Sucre, y ciudades como Bogotá, Cartagena, Medellín.
Cuanto deseamos que el espíritu misionero ad gentes se afiance, se vigorice, siga encontrando corazones dispuestos a vivir el lema de esta Jornada Mundial de las Misiones “MISIONEROS DE ESPERANZA ENTRE LOS PUEBLOS’.
+Hugo A. Torres Marin

