Por: Pbro. Juan Mauricio García Rojas – Delegado Episcopal Catequesis

La catequesis arquidiocesana, ha sido para nuestra iglesia particular una acción esperanzadora en la evangelización a lo largo de muchos años; ya que ha sido el camino donde se siembra la semilla para que sea abonada en cada parroquia, por los padres de familias primeros catequistas, educadores, laicos, sacerdotes, religiosas y de manera especial por los catequistas que durante tantos años han surgido en cada comunidad, siendo ellos los encargados en vigilar y fomentar la formación cristiana.

Por mucho tiempo, el nombramiento del delegado lo compartía la delegación de catequesis y liturgia, así ya se sabía que la catequesis y la liturgia siendo inseparables, se convierte en  acciones catequéticas.

La comisión arquidiocesana de catequesis también es otro signo de esperanza, conformada por sacerdotes, religiosas, seminaristas en el algún momento y mayormente por laicos muy comprometidos, se han echado al hombro procesos que vienen dando resultados: elaboración de textos propios, formación de catequistas, formación de padres de familia, ceremonias litúrgicas, retiros espirituales, etc.

Los catequistas líderes se van fortaleciendo cada vez más y son el apoyo para que la comisión y el delegado puedan llegar a cada parroquia, son un grupo de laicos con vocación de entrega y generosidad, con un sentido de pertenencia muy grande a la iglesia, disponibles para que las acciones catequéticas sean signo de esperanza para la iglesia particular.

Existe un grupo de catequistas en el territorio arquidiocesano compuesto por toda clase de personas, adultos, jóvenes, adolescentes que quieren hacer parte de nuestros procesos; son signo de esperanza, porque nunca se niegan a lo que desde la comisión se propone; el ejemplo está en el diplomado en catequesis, que con el ISDEC, «instituto de catequesis Juan Pablo II» de la comunidad de hermanas Hijas de la Misericordia de Santa Rosa de Osos, un muy buen número se han abierto a su formación, reuniéndose cada mes en sus vicarias foráneas.

El 21 agosto celebramos a San Pio X, patrono de los catequistas,  se hace mención especial a este apostolado, celebrando el día del catequista; este año 2025 fue su séptima versión y aprovechamos en el año de la esperanza para ganar la indulgencia plenaria y en el marco del jubileo de los catequistas, reunidos para peregrinar en Dabeiba, Frontino, Cañasgordas, Urrao y Sopetrán; meditamos sobre el catequista signo de esperanza, por eso queremos que nuestra labor catequética sea un gesto del amor de Dios para una humanidad que cada vez, esté más cerca a Dios, de sus planes y proyectos.

El reto es un proyecto catequético arquidiocesano, que, desde el directorio para la catequesis del año 2020, responda al querer de la iglesia universal con una catequesis procesual, para todas las edades, gremios, grupos de personas, en fin, para todo el pueblo de Dios, pues todo ser humano, todo bautizado tiene derecho a recibir una catequesis debida para conocer a Dios y salir de la ignorancia religiosa, o peor aún de los errores y falsedades de la época, por eso cada parroquia debe convertirse en un foco muy especial que ilumine a cada uno de los que buscan aclarar su situación espiritual, en un signo de esperanzador para todo hombre y mujer de esta época.