El Occidente antioqueño es una región de muy pocas aguas. La nueva situación que ha sobrevenido en los últimos años del cambio climático que afecta al mundo entero, de la cual necesariamente participamos, con temperaturas cada día más altas, la explotación minera que se lleva a cabo en gran parte de su territorio, la irracional tala de bosques, para dar lugar a la explotación minera, y la ganadería extensiva, nos hacen pensar que el Occidente Antioqueño se convertiría en un desierto si la población, comenzando por las Instituciones Mineras Locales, causantes en gran parte de las sequías, Autoridades Civiles Municipales, Departamental y Nacional, Instituciones Sociales y pueblo residente en la localidad no se empeñan en hacer lo que les corresponde hacer desde ya y con celeridad, dando a alguna continuidad a las pocas acciones emprendidas.
CASA COMÚN. Llama la atención, que el Papa Francisco, cuyo reciente fallecimiento enluta especialmente al orbe católico, en su inolvidable Carta Encíclica denominada Laudato Sí, sobre el medio ambiente, denomine al mundo universo como “Casa Común”, donde reside la humanidad. Analógicamente, podemos denominar al Occidente Antioqueño como Casa común, donde viven todos sus habitantes. Esta calificación nos hace pensar que cada uno de sus pobladores debe ser defensor del medio ambiente y de sus aguas, como miembros de una misma familia, condueños del territorio y de su historia, empeñados en no contribuir en la degradación de sus tierras y de sus aguas, sino, por el contrario, ser trabajadores abnegados en construir un paraíso por abundancia de sus aguas que den una vida superior a los humanos, a los animales y a la vegetación.
APRECIACIONES DEL PAPA FRANCISCO SOBRE EL AGUA, CONSIGNADAS EN LA CARTA ENCÍCLICA LAUDATO SI. “El agua potable y limpia representa una cuestión de primera importancia, porque es indispensable para la vida humana, animal y vegetal. La provisión de agua permaneció relativamente constante durante mucho tiempo, pero ahora en muchos lugares la demanda supera la oferta sostenible con graves consecuencias a corto y a largo plazo” (Laudato Si N° 28)
CALIDAD DEL AGUA. El Papa Francisco, en esta admirable Carta, dice: “Un problema particularmente serio es el de la calidad del agua disponible para los pobres, que provoca muchas muertes todos los días. Entre los pobres son frecuentes enfermedades relacionadas con el agua: la diarrea, y el cólera, que se relacionan servicios higiénicos y provisión de agua inadecuados, son un factor significativo de sufrimiento y de mortalidad infantil. Las aguas subterráneas en muchos lugares están amenazadas por la contaminación que producen algunas actividades extractivas.
Los detergentes y productos químicos que utiliza la población en muchos lugares del mundo siguen derramándose, en ríos y lagos.” (Laudato Si, N° 29)
EL DERECHO AL AGUA. El acceso al agua potable y segura es un derecho humano, básico, fundamental y universal, porque determina la sobrevivencia de las personas, y, por tanto, es condición para el ejercicio de los demás derechos humanos. Este mundo tiene una grave deuda social con los pobres que no tienen acceso al agua potable, porque eso es negarles el derecho a la vida radicado en su dignidad inalienable. Esa deuda se salda en parte con más aportes económicos para proveer de agua limpia y saneamiento a los pueblos más pobres. (Laudato Si N° 30)
Algunos estudios han alertado sobre la posibilidad de sufrir una escasez de agua dentro de pocas décadas si no se actúa con urgencia”. (Laudato Si N° 31)
RECONOCIMIENTOS. La Iglesia expresa su alegría al constatar que varias Instituciones están acometiendo la gran obra de dotar a la zona rural del Occidente Antioqueño de un buen número de acueductos veredales e inter-veredales y su gran deseo de que en un día no lejano, toda la región pueda gozar de del servicio agua pura y potable.
AMOR HUMANO- DIVINO. El amor humano –divino que caracteriza el amor de Jesucristo, donde se da la mezcla del amor humano con el amor divino, y que Él nos comunica en la Iglesia a través de los sacramentos y especialmente de la Santa Eucaristía, es el gran dinamizante en estas tareas.
MIRANDO LA REALIDAD LOCAL. Mirando al Departamento de Antioquia hay que decir, que según una publicación aparecida en el periódico El Colombiano del 21 de junio del 2020, una de tres casas rurales tiene agua potable.
Y en el Occidente antioqueño, sumando las casas residenciales de las zonas urbanas y rurales tienen agua potable el 46,7%, lo cual quiere decir que aproximadamente el 54% de los hogares no tienen servicio de agua potable.
SUGERENCIAS RESPETUOSAS EN EL CAMPO OPERATIVO.
LA ASOCIACIÓN DE MUNICIPIOS DEL OCCIDENTE ANTIOQUEÑO, podría comprometerse en el Occidente antioqueño en tres áreas y en forma simultánea o sucesiva:
1° Un estudio que permita reconocer qué factores están contribuyendo a la disminución de las aguas y sus posibles correctivos.
2° Dotación de agua potable para todos los hogares que carecen de este precioso e imprescindible líquido.
3° Qué medidas deben tomarse para el incremento de las aguas en la región.
Mons. Ignacio Gómez Aristizábal |Arzobispo Emérito