La Cuaresma es el tiempo litúrgico de «preparación para la celebración de la Pascua. La liturgia cuaresmal está dispuesta para que tanto los catecúmenos como los fieles se preparen para celebrar el misterio pascual: los catecúmenos, a través de las diversas etapas de la iniciación cristiana; los fieles, mediante la rememoración de su propio bautismo y las prácticas penitenciales» (Instrucción general del Calendario Romano).
En 2024, la Cuaresma comienza el 14 de febrero (Miércoles de Ceniza) y termina el 28 de marzo (Jueves Santo), con la Misa de la Última Cena. La Pascua de Resurrección es el domingo 31 de marzo.
El Miércoles de Ceniza es el primer día de Cuaresma en el calendario litúrgico católico.
La imposición de la ceniza es el rito característico de esta celebración litúrgica que se obtiene de la incineración de los ramos bendecidos el Domingo de Ramos del año anterior.
Cruz: Representa la victoria de Jesús sobre la muerte y el pecado.
Oración: Es un diálogo sincero y muy personal con Dios.
Ofrenda: Es una forma de expresar caridad, compasión y amor al projimo.
Ayuno: El abstenerse de comer y beber es también concentrarse en asuntos puramente espirituales. Conversión.
Desierto: Representa nuestra humildad y el silencio de nuestra alma.
El año litúrgico utiliza diferentes colores para los distintos tiempos litúrgicos. La instrucción Redemptionis Sacramentum (121) expresa: «La diversidad de los colores en las vestiduras sagradas tiene como fin expresar con más eficacia, aun exteriormente, tanto las características de los misterios de la fe que se celebran como el sentido progresivo de la vida cristiana a lo largo del año litúrgico».
El violeta o morado, símbolo de sufrimiento y penitencia, es, por tanto, el color litúrgico tanto de Adviento como de Cuaresma.